sábado, 16 de septiembre de 2017

Pizza Tycoon: Pizza o plomo.



¡Pizza! ¡El alimento de los dioses!
Sigo sin entender porqué hay gente a la que no le gusta la pizza. Piénsalo, es simplemente una porción de pan con tomate y queso encima. Prácticamente, es un bocadillo que te podrían preparar en el bar de debajo de tu casa. Sí, ese donde todo aquel que se sienta en la barra se cree que sabe de todo.
Cuentan que la pizza nació en Nápoles y que viajó a los EEUU gracias a los inmigrantes italianos que se trasladaron a este país en el siglo XIX. Fue aquí donde la pizza salió de sus fronteras italianas y conquistó al mundo. Desde aquel momento, se crearon miles de recetas con ingredientes diferentes (parece ser que la pizza tal y como la conocemos era la Margarita, en honor a la reina del mismo nombre y cuya receta original contiene tomate, mozzarella, albahaca y aceitunas). El problema de que su popularidad surgiera en EEUU es que se llegó a tomar la pizza por comida basura, algo bastante lejos de la realidad. Hombre, existen pizzas y pizzas pero si las sirven en restaurantes de gran calidad será por algo, ¿no? ¿A quién no le gusta pasarse por el restaurante italiano más famoso de su ciudad para degustar uno de estos bocados celestiales?

Por cierto, ¿te imaginas llevar tu propia pizzería?
Sí, es un trabajo bastante agotador. Si no te sientes con ganas de abrir esta clase de negocios, no desesperes. Puedes probar a hacerlo de manera virtual. ¿Cómo? Con Pizza Tycoon, el juego que analizaré hoy.

Pizza Tycoon fue creado por Software 2000. En realidad, su versión original se llamaba Pizza Connection. Sin embargo, a los chavales de Microprose les gustó la idea tras jugarlo y, al igual que el alimento del que trata el juego, lo importaron hacia EEUU y, a su vez, al mundo (el juego original solo era conocido en su Alemania natal).
En Pizza Tycoon somos el director de una cadena de pizzerías con sede en diferentes países. Tu misión es, comenzando con un humilde restaurante, acaparar el mercado de las pizzerías y nadar en dinero. También puedes convertirte en el émulo de Vito Corleone pero eso lo veremos más adelante.

Existen tres formas de jugar a Pizza Tycoon.
La primera es el modo misión. Para ganar, debemos emular el currículum vitae que se nos proporciona al comienzo de la partida, realizando todo lo que nos dice en la misma fecha. Este modo de juego tiene un gran problema que, en mi opinión, lo hace injugable: debes realizar cada una de las acciones exactamente en la fecha propuesta. Desviarse un poco es sinónimo de derrota. Y es que alguno de los encargos que se nos piden son imposibles de realizar en esa misma fecha. Por ejemplo, abrir tu primer restaurante lleva bastante tiempo debido a que tienes que comprar el equipamiento, realizar tus primeras recetas, comprar los ingredientes necesarios, etc. Juega a este modo por curiosidad pero no te pongas no lances el ratón por la ventana si nunca ganas.
La segunda forma es el modo libre. Este es el más divertido ya que no tenemos que estar pendientes de si realizamos o no una misión en el tiempo establecido. Construye y gestiona tus restaurantes a tu manera. Aunque puedas construir todo lo que quieras, la partida terminará si consigues controlar la mitad del mercado de las pizzerías en cada una de las ciudades del mundo del juego. No obstante, existe un bug que hace imposible que puedas construir más de 200 restaurantes. Es un número bastante considerable (y una pesadilla de la microgestión si no contratas gerentes) así que más que un bug podría considerarse como una medida de seguridad llevada a cabo por los programadores para que tu ordenador no se vaya al carajo a la hora de gestionar tantos cálculos. Recuerda que cuando salió el juego, la memoria RAM se medía en escasos megas.
La tercera forma es el modo rápido. Si no tienes tiempo o ganas de comenzar desde cero, puedes elegir entre comenzar con un pequeño restaurante o uno grande. En tu menú ya estarán disponibles un par de recetas para que solo tengas que gestionar tu negocio.
Cuando hallamos elegido cómo jugar, debemos elegir a nuestro personaje. Existe la friolera de 100 personajes diferentes, cada uno de ellos con sus pros y sus contras. Cuando eliges a uno, el resto formará parte del juego como tu competencia o como empleados en tus restaurantes. Cada personaje es único y eso se agradece. No es lo mismo jugar con un magnate de los negocios que con un tío que ve en la construcción de una pizzería la única forma de salir de la bancarrota.

 Pizzeros: el Juego de Rol.

El juego comienza con un mapa del mundo donde debes elegir en qué ciudad comenzará tu imperio pizzero. Esto no significa que no puedas abrir restaurantes en otras ciudades. De hecho, una de las formas de vencer es controlando la mitad del mercado de cada una de las ciudades. Lo que ocurre es que viajar a la primera ciudad te sale gratis mientras que si te desplazas en mitad del juego deberás pagar el billete de avión.
El tiempo en el mundo de juego pasa en intervalos de 10 minutos equivalentes a unos segundos en el nuestro. Transcurre en tiempo real pero cada día es una fase como si fuera un juego de estrategia por turnos. De hecho, si no tienes nada mejor que hacer, puedes pulsar sobre el botón de pasar turno para que las cosas vayan más rápido. Cuando realizas una acción, el tiempo pasa más rápido. No hay una cantidad de horas fijas para terminar tu trabajo, pues ello depende del nivel de energía de tu personaje. Un personaje con la energía al máximo puede trabajar hasta las 18:00. Esta forma de representar el tiempo hace que el juego disponga de un modo hotseat en el que varios jugadores pueden jugar en un mismo ordenador como si de un Civilization se tratase.
Ante ti verás la ciudad que has elegido. Esta está dividida en distritos. Cada distrito tiene unas características que debes de tener en cuenta a la hora de abrir tu negocio. Es con esta complejidad donde Pizza Tycoon demuestra su fuerza ante otros juegos del mismo tipo de su época. Abrir una pizzería a lo loco es el primer paso hacia la ruina. Debes pensar bien cada paso que vas a dar y para ello, cuentas con diversas herramientas de información a tu disposición. La población de la ciudad está dividida en diferentes grupos sociales, cada uno de ellos con sus propios gustos, no solo a la hora de comer pizza sino también en la forma como decoras tu restaurante. Si abres una pizzería en una zona industrial, sería una mala idea abrir un restaurante gourmet donde un maitre estirado le pregunta a los trabajadores de la siderurgia de al lado si han reservado mesa para esa noche. Además, los gustos de los consumidores van cambiando de temporada en temporada, por lo que un ingrediente estrella puede terminar siendo aborrecido a los pocos meses. Existen varios eventos que influyen en la popularidad de cada uno de los ingredientes, tales como estudios científicos, estado de las cosechas, etc. Tienes que tener en cuenta todos estos factores para que tu negocio sea un éxito.

Los cinco grupos sociales con los que te vas a encontrar. 
De izquierda a derecha son: niños, jóvenes, obreros, yuppies, gente de negocios y ancianos.

Cuando alquilas o compras un local (para ello debes llamar a la agencia inmobiliaria) puedes decorarlo a tu gusto con diferentes tipos de muebles, plantas, máquinas recreativas, etc. Uno de los elementos más importantes son los hornos, pues existen diferentes tipos dependiendo de su calidad y rapidez a la hora de preparar las pizzas. También tienes que saber qué clase de decoración le gustaría a la gente que pulula por la zona. Por ejemplo, si existe un gran porcentaje de adolescentes que visitan tu restaurante, sería una buena idea colocar unas cuantas máquinas recreativas para que se diviertan.
Necesitarás empleados para que tus restaurantes funcionen. En el juego existen tres tipos: cocineros, camareros y gerentes. Cuando eliges a un candidato para el puesto, debes tener en cuenta varias de sus habilidades. Para un cocinero, por ejemplo, debes contratar a alguien con bastante experiencia en la habilidad “cocinar”. Existen otras habilidades bastante curiosas como la “confianza”. Esto significa cómo de responsable es ese empleado ya que, entre otras cosas, puede llegar tarde al trabajo. Puedes mejorar algunas de las características de tus empleados a través de cursillos. Cuestan pasta y mientras está en clase tu empleado no podrá trabajar pero merecen pena. Otro detalle curioso es que tus trabajadores pueden ponerse enfermos, por lo que debemos estar pendientes de si necesitamos un sustituto o no. En cuanto a los gerentes, hacen que tus restaurantes sean dirigidos por la IA, lo que te quita microgestión si tienes varios en varias ciudades. Un pero sería que la IA comete algunos errores en ocasiones, así que no estaría de más vigilarlos de vez en cuando.

Algo me dice que este restaurante es todo un éxito.

Y llegamos al momento que todos estábamos esperando: las pizzas.
Pizza Tycoon viene con un sofisticado editor de pizzas con el que puedes dar vida a cualquier idea que se te pase por la cabeza. Esto es lo que hace a Pizza Tycoon diferente al resto de juegos de gestión con los que comparte estantería: la capacidad de ofrecer un producto a tus clientes tal y como tú lo has concebido en los polvorientos rincones de tu cabeza. A la hora de crear tus pizzas, debes tener en cuenta los gustos de tus clientes. Existen una serie de sabores: grasiento, dulce, salado y picante. Cada grupo social tiene debilidad por uno de estos sabores, así que puedes crear pizzas temáticas dirigidas a uno de estos estamentos. Puedes trocear, rotar y colocar los ingredientes como tú quieras y cómo los colocas influye en la popularidad de tu creación. No es lo mismo una pizza donde todos los ingredientes siguen las reglas de la simetría que otra donde los ingredientes han sido lanzados al tuntún. La libertad de creación es asombrosa. Cuando ya tengas hecha tu pizza, se te dará una puntuación, la posibilidad de bautizarla y cuánto quieres cobrar por ella. Un detalle: el juego venía con un recetario. No es una mera curiosidad, es más bien un sistema antipiratería. Si quería que el juego funcionase a pleno rendimiento, debías crear obligatoriamente tres de las pizzas del recetario. Si no lo hacías, no podías ganar la partida. Estas pizzas son clásicos como la Margarita, la Cuatro Estaciones o la Andrea Doria.
Cuando ya tengas un menú acorde y todo preparado, abre tu restaurante. Eso sí, debes comprar los ingredientes necesarios para tus pizzas a través de los diferentes proveedores que existen en el mundo de juego. Cada uno de ellos te ofrecerá alimentos de una determinada calidad, que influirá en tu popularidad. Puedes realizar pedidos sueltos o llegar a un acuerdo con los proveedores para que te traigan lo que necesites durante un período de tiempo. Con el paso del tiempo, los alimentos que almacenes irán perdiendo calidad, por lo que debes llevar un control sobre tu stock. Los alimentos podridos restan calidad a tus pizzas y no le hacen mucha gracia a los inspectores de sanidad. Si tienes dinero suficiente, puedes comprar o alquilar un almacén donde puedes guardar tus alimentos en cámaras refrigeradas, además de poder exportarlos e importarlos a tus otros restaurantes alrededor del mundo.

¡Que tiemble Ferrán Adriá!

Tras este éxito (o no), puedes abrir más restaurantes para expandir tu negocio, crear campañas de publicidad para darte a conocer al mundo o trastear con el mercado de valores. También puedes pedir préstamos a un banco o firmar un seguro para cubrirte las espaldas en caso de accidente.
Porque los accidentes en este juego pasan a menudo. Y es que Pizza Tycoon tiene la opción de contactar con cierto grupo de personas bastante interesante: la mafia. Para poder acceder a algunas de las opciones que el mundo del crimen organizado tiene disponibles para ti, debes ganarte su confianza haciendo misiones tales como pasar contrabando, destruir otros restaurantes, blanquear dinero, etc. También puedes recurrir al sabotaje, desplegando en los restaurantes enemigos cosas como ratas, bombas fétidas o laxantes, lo que hará caer en picado la reputación de tus competidores. Si esto no es suficiente, puedes ir más allá. Ve a un traficante de armas y pídete un “helado”. Sí, sí, un “helado”. Hay de diferentes sabores, cada uno de ellos haciendo referencia a un tipo de arma. Cuando tengas en tu poder uno de estos ricos postres lácteos rellenos de plomo, puedes infiltrate por la noche en los locales de tus enemigos y, como si de un juego de acción en perspectiva cenital se tratase, manejar a tu personaje para sembrar el caos y la destrucción. Eso sí, lleva cuidado porque te pueden pillar con las manos en la masa. Puedes guardar el armamento que te sobre en un compartimento secreto si dispones de un almacén. Incluso puedes jugar a ser traficante de armas, ya que puedes viajar por el mundo vendiendo y comprando armamento.
También puedes sobornar a las autoridades para que hagan la vista gorda en la siguiente inspección o dejarte en paz con tus asuntos con la familia. Es curioso porque Pizza Tycoon no presenta el lado oscuro del juego como una opción a parte. Tarde o temprano deberás recurrir a los bajos fondos, ya sea para parar el avance de tus competidores o para pedirle un préstamo a la mafia (esto último piénsatelo bien antes de hacerlo. A las mafias no les gusta que les devuelvas el préstamo tarde).

Es hora de "redecorar" el restaurante de la competencia.

Ya hemos visto que Pizza Tycoon tiene jugabilidad y complejidad para parar un tren.
En el apartado gráfico no destaca mucho. En 1994 existían juegos con los mismos o incluso mejores gráficos. No son desagradables porque el toque caricaturesco de estos va a la par con el humor gamberro del que hace gala el juego. Sí que, por ejemplo, podemos ver cosas raras como clientes que desaparecen como por arte de magia de nuestros restaurantes o que se mueven por encima del mobiliario.
En cuanto al apartado sonoro, los únicos temas musicales que escucharás serán los de las máquinas de discos que instales en tus restaurantes. No son nada del otro mundo pero lo curioso es que cada uno de ellos influye en tus clientes. Si abres un local para gente joven, a ninguno de tus clientes les gustará que les pongas música clásica de fondo. Lo mismo que si en un restaurante gourmet pones como hilo musical heavy metal. Los sonidos son también escasos aunque correctos. Por ejemplo, en el mapa de la ciudad, podrás escuchar el tráfico como si estuvieras ahí de verdad.

Pizza Tycoon es un buen juego para los amantes de la gestión. Claro que existen mejores alternativas pero te equivocarías si no le echaras un tiento a esta pequeña joya. Pon las manos en harina y comienza a levantar tu imperio gastronómico. Si es que la mafia te deja, claro.

¡No dejes de jugar!

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