viernes, 25 de agosto de 2017

Europa 1400 - The Guild: El precio del poder.


El siglo XV fue un época de cambios sustanciales en la Historia de Europa.
Poco a poco la Edad Media fue dando paso al Renacimiento, la puerta de entrada hacia la Edad Moderna. Conceptos como poder, honor, riqueza y religión sufrieron una metamorfosis palpable. En cuestiones económicas, la Baja Edad Media ve nacer el mercantilismo, germen del moderno capitalismo (el normal, no el salvaje que nos está llevando por el camino de la amargura). Este sistema económico se basa en conceptos no existentes anteriormente como la oscilación de los precios de los productos en función de la oferta y la demanda. Es decir: si existe una gran cantidad de un mismo producto, su precio disminuye para darle una salida rápida al stock acumulado. Por otra parte, si existe una escasez, el precio sube para cubrir los gastos generados por su producción y transporte.
Y ahora me preguntarás: “¿Y todo este rollo a qué viene? Yo he venido aquí a leer sobre videojuegos, no a que me den una aburrida clase de Historia de la Economía”.
Hay dos respuestas para solucionar esta duda razonable. La primera, que la Historia, en todas sus vertientes, no es aburrida, así que cierra el pico. La segunda es que este período tan interesante de nuestro pasado ha sido plasmado en varios videojuegos. Desde Merchant Prince hasta la exitosa saga Patrician pasando por la entrega ambientada en esta época de la saga Anno, esta forma de entender el comercio ha llamado la atención de diferentes desarrolladores. No obstante, existe un juego que lleva esto a niveles estratosféricos: Europa 1400 – The Guild. Y es que en este juego no solo comercias sino que luchas por el poder. Ya verás cómo.

Los chicos de 4Head, un pequeño estudio alemán, se liaron la manta a la cabeza a la hora de representar hasta el más mínimo detalle la sociedad de los siglos XV y XVI.
Un pequeño inciso. En realidad, conocí esta saga a raíz de haber jugado a su segunda parte y a la expansión independiente de esta titulada Renaissance. Había leído en varios foros que la primera parte le daba cien mil vueltas a estas dos (la verdad es que estos dos juegos son un infierno plagado de bugs) y quise hacerme con una copia de ella al verla en oferta en Steam. Que conste que lo que voy a reseñar es la edición de oro, que ofrece el original con su expansión. Así nos ahorramos de estar diciendo qué contiene el juego y qué su expansión.

En The Guild, somos un descendiente de una acaudalada familia de patricios europeos en el Renacimiento.
Al iniciar una partida, debemos seleccionar en qué ciudad vamos a jugar. Cada una de ellas tiene unas características diferentes que afectarán al transcurso de la partida. Por ejemplo, Nüremberg tiene el doble de extensión que el resto de ciudades, por lo que hay más espacio para construir.
A continuación, podemos elegir el nivel de inteligencia de nuestros rivales, la dificultad general de la partida y si queremos jugar una partida libre o realizar misiones. Estas últimas están divididas en diferentes niveles de dificultad. Si conseguimos superar una de ellas, el juego nos da la posibilidad de escoger una nueva, seguir jugando en modo libre o abandonar definitivamente la partida después de haber pasado a la historia como si fuéramos un miembro de la familia Függer (la familia más acaudala de la Alemania medieval).
Tras escoger entre todos estos parámetros, debes crear a nuestro personaje. Podemos elegir nuestro nombre, apellido, sexo y religión (en un principio, solo puedes ser católico o cátaro pero cuando a Lutero se le crucen los cables a mitad de la partida, podemos ser protestantes). A continuación, escogemos nuestra profesión. Algo que debes saber es que no están todas disponibles desde un comienzo. Tranquilo, más tarde podrás acceder a ellas. Después, debemos elegir a nuestro padre y a nuestra madre. La profesión de nuestros progenitores influye en una de las cuatro habilidades de nuestro personaje, que influirán luego en el saber hacer de tus trabajadores: Negociación (para tener mejores precios de compra y venta en el mercado), Sigilo (para llevar a cabo actos de subterfugio sin que nadie se dé cuenta), Combate (¡la hora de las tortas!), Artesanía (si quieres fabricar buenos productos, esta es la habilidad que más vas a necesitar) y Retórica (en esta época, hablar bien en público era algo importante, más si eres sacerdote o tienes que defenderte en un juicio). Luego, tendremos unos puntos extra para gastar en estas mismas habilidades o en aquellas que nos hayan quedado algo cojas. Elegimos la apariencia de nuestro avatar y que comience la aventura.

Si alguna vez te quejaste de tus padres, 
aquí puedes hacer realidad tu sueño de elegirlos antes de tu nacimiento.

El juego transcurre en tiempo real pero dividido en fases. Estas fases representan una estación del año. Sin embargo, en lugar de ser las del mismo, cada estación representa a la del año siguiente. Es decir, comienzas en la primavera de 1400, sigues en el verano de 1401 y así. Las estaciones influyen en el horario de trabajo de tus esforzados trabajadores. En las estaciones de primavera y verano, estos comenzarán a darle al mazo más temprano y terminarán más tarde. En cambio, en otoño e invierno, entrarán a trabajar más tarde y saldrán más temprano. Por lo tanto, debes tener en cuenta que en estos últimos períodos del año, la producción disminuirá. Esto es un gran acierto por parte de 4Head y hace que el jugador tenga que buscar más ingresos a través de otros oficios o de la política. Eso sí, una cosa que me llama poderosamente la atención es que en invierno, el cielo parece que se va a caer sobre nuestras cabezas. Parece que el apocalipsis acaba de comenzar con tanta oscuridad.

Comienzas con un negocio relativo a tu profesión al nivel más bajo.
Para poder mejorarlo, debes subir escalafones en el organigrama de la organización gremial. Para ello, vas ganando experiencia. Cuando llegues al máximo, se te dará la opción de realizar un curso para subir de rango. Si aceptas, habrás subido de nivel y podrás mejorar tu negocio. Existen seis niveles en cada profesión, desde aprendiz hasta maestro. A partir de cierto nivel, podrás acceder a las mejoras avanzadas de tus edificios. Eso sí, no puedes tener un edificio de una profesión o nivel superiores al que tú tienes. De hecho, si alcanzas el nivel máximo en una profesión, puedes escoger otra sin perder el control sobre tus otros negocios. Así, puedes convertirte en un auténtico magnate.
Tus negocios y residencias pueden mejorarse añadiendo objetos y habitaciones que dan acceso a nuevas características del juego. Por ejemplo, tener una lámpara en el scriptorium de tu iglesia disminuye el riesgo de que tus trabajadores sufran un accidente. Es muy importante caerle bien a tus trabajadores y darles unas buenas condiciones de trabajo. Además, ellos pueden también subir escalafones en la escala gremial, mejorando sus habilidades. Y si te ves estresado, puedes contratar a un maestro para que lleve por sí solo tus negocios. La inteligencia artificial de estos es bastante buena a la hora de fabricar objetos o llevar a cabo diferentes tareas pero cojea un poco a la hora de abastecer tus almacenes. Acabarás loco con tanto mensaje de que falta tal material.

Tus trabajadores trabajando por el dinero, dando el cayo por dinero, 
no sé qué y no se cuántos pero tú dales el dinero.

Por otro lado, construir una habitación trasera en tu casa te da acceso a las opciones de subterfugio del juego.
Esto último es algo realmente divertido y que solo he visto en juegos de gestión desarrollados en Alemania como lo es The Guild. Sí, puedes ser un ciudadano ejemplar y todo eso pero, de vez en cuando, sobornar a alguien o darle una paliza puede abrirte muchas puertas. Por mucho refinamiento existente, esta época es bastante cruel y 4Head ha sabido plasmarlo magistralmente. Estos actos pueden acarrearte problemas si van en contra de las ordenanzas de tu ciudad de residencia. Aquí es donde entran en juego las pruebas. Puedes usar a informadores para sacar los trapos sucios de tus competidores a relucir. Si consigues una prueba, puedes usarla para chantajear a tu rival (si dispones de una biblioteca con su escribanía para escribir cartas en tu casa, obviamente) o llevarlo a juicio. ¡Ojo! Que tus rivales pueden hacer lo mismo contigo. Es más, puedes ser llamado como jurado, con lo que puedes arruinarle la vida a alguien si tienes el día torcido. Incluso puedes usar instrumentos de tortura para hacer hablar a alguien. También puedes entrar en combate. Es bastante sencillo. En tiempo real, debes ordenar a tus escoltas o mercenarios que ataquen a tu enemigo. Puedes equiparlos con diferentes tipos de armamento. Tu objetivo es matarlos, dejarlos inconscientes o impedir que lleguen a tu carro de suministros o asalten tu negocio. Por desgracia, los mapas de combate son escasos, por lo que es una experiencia que se puede hacer repetitiva, y hay algunos pequeños errores de colisión a la hora de mover a tus tropas por el escenario. Existe también un extraño bug que solo me ha aparecido una vez en el que tus hombres y los del enemigo no se mueven y la única solución es dejar que el tiempo pase hasta que concluya la batalla.

 Tu hogar, donde podrás entrenar tus habilidades, 
celebrar fiestas y elaborar complejos planes para dominar el mundo del comercio.

En cuanto a tu personaje, éste puede realizar diferentes acciones dependiendo de su estatus social. Comienzas como un simple ciudadano y vas escalando posiciones ha medida que vas obteniendo riquezas. Puedes llegar incluso a ser nombrado duque.
Para realizar alguna de estas acciones, necesitas un recurso especial: los puntos de acción. Estos se ganan al inicio de cada fase. Su cantidad depende de tu nivel de retórica. Algunas mejoras en tu residencia permiten aumentarlos. Incluso algunos títulos nobiliarios te dan más puntos. Estos puntos también pueden gastarse mejoras de una habilidad, subir de nivel o en algunas opciones disponibles en tus negocios.
Una de las acciones más importantes es la de encontrar esposa o esposo. ¿Por qué? Pues porque en The Guild la familia es lo más importante, como diría don Vito Corleone. Si no tienes descendencia, tu dinastía desaparecerá y la partida habrá concluido. Un pequeño tirón de orejas para 4Head en este asunto es que, dado que el hijo o hija que usarás para seguir jugando adopta el aspecto de tu avatar, si eres varón solo tendrás niños y si eres mujer solo tendrás niñas. Hubiera sido mejor que pudieras tener hijos de ambos sexos y más realista si cabe. Cuando tienes un churrumbel al que cuidar, puedes regalarle objetos para que desarrolle una de las cinco habilidades. Con siete años, puedes enviarlo como aprendiz a un negocio de la ciudad y cuando tenga 18, puedes enviarlo a la universidad, donde aprenderá dos habilidades diferentes. Cuando mueras, podrás elegir con cual de tus hijos quieres jugar.
Tu personaje puede hacer carrera política en su ciudad. El requisito mínimo es tener la ciudadanía. A partir de ahí, debes esperar a que uno de los puestos más bajos de las diferentes cámaras gubernativas quede vacante para presentar tu candidatura. Si eres elegido, tendrás acceso a un sueldo y podrás optar a puestos más altos. Un dato negativo es que algunos de los puestos no ofrecen ventajas plausibles, solamente la posibilidad de la paga y poder echar del mismo cargo a un compañero, siendo más algo de relleno. No obstante, este rasgo negativo desaparece cuando ves lo que pueden hacer puestos más altos. Por ejemplo, el inquisidor tiene la habilidad de acusar de brujería a cualquier habitante de la ciudad, ideal para acabar con la reputación de uno de tus rivales. Además, algunos cargos tienen la potestad de cambiar las leyes de la ciudad, las multas y los impuestos. Puedes ganarte el apoyo de tus conciudadanos reduciendo la carga fiscal o fastidiar a tu rival, alquimista de profesión, prohibiendo el uso de pociones en la ciudad.

 Los habitantes de Londres pueden dormir tranquilos gracias a tus políticas draconianas.

En cuanto al apartado gráfico, bueno... ¿Cómo decirlo? Los gráficos están bastante desfasados y eso que la expansión añadía una sustancial mejora gráfica al motor del juego. Los árboles son exactamente dos sprites insertados de tal manera que tienen forma de cruz, como si fueran un recortable. El agua no refleja nada y es bastante extraño ver como la de un lago se mueve como si fuera un río. Los transeúntes que pueblan las calles de la ciudad tienen la manía de pegar un saltito inexplicable de vez en cuando. Eso sí, los efectos de luz son espectaculares y choca con la pobreza del resto del apartado visual. Si eres un tiquismiquis de los gráficos, de esos que quieren ver los pelos de la nariz de su personaje en Alta Definición, es más probable que tus ojos sangren. En cambio, si eres como yo, que los gráficos te importan más bien poco, disfrutarás de una experiencia jugable apoteósica.

Lo que le falta de gráficos a The Guild le sobra en el apartado sonoro.
Los sonidos de la ciudad y de tus trabajadores realizando las laborales son correctísimos.
Las voces de los personajes son de premio. Cada línea de diálogo está narrada con gran precisión y los actores de doblaje muestran los sentimientos del personaje en función de lo que está ocurriendo. Nada de actuaciones planas. El narrador lo vale aunque algunas veces te pueda volver loco. Algunas veces, incluso, te suelta una pequeña frase bastante poética, como cuando tus trabajadores se van a descansar.
La música es... es... ¡Maravillosa! La banda sonora está compuesta por temas de toque renacentista, algunos de ellos bastante orquestrales. No te cansas de ella, pues hay una gran variedad y se adapta a lo que está pasando delante de tus ojos. Es más, cada tipo de negocio tiene su propio tema.

Vamos a la taberna a tomarnos unas gordas. Yo invito.

The Guild es un gran juego pese a alguna de sus carencias.
Haz caso omiso del apartado gráfico y sumérgete en un mundo de ambición donde el poder no lo consigue el mejor sino quien más dinero tenga.

¡No dejes de jugar!

Imágenes del juego enlazadas de Mobygames.

viernes, 11 de agosto de 2017

Hollywood Monsters: ¡Luces! ¡Cámara! ¡Acción!



Las aventuras gráficas son un género que, desgraciadamente, está últimamente de capa caída.
Es una pena, la verdad. Esta clase de juegos son, probablemente, de los primeros que un pecero como tú o como yo jugó la primera vez que se puso delante de la pantalla de un ordenador de sobremesa.
Y es que este género nos permite ponernos en la piel de un personaje que protagoniza lo más parecido posible a uno de aquellos libros de Elige tu propia aventura o a una película. El poder descubrir la historia a través de nuestras propias decisiones era algo bastante llamativo. Ahí quedan en el recuerdo clasicazos como los Monkey Island (la cuarta entrega de la saga no existe), las aventuras de Indiana Jones o las descacharrantes peripecias de Roger Wilco en los Space Quest.
España es conocida por ser uno de los países donde este género alcanzó una gran madurez debido, en parte, a la edad de oro del software español a finales de los 80, con aventuras gráficas conversacionales como La Aventura Original y a principios de los 90 ya con la interfaz de point and click de juegos como Ígor: Objetivo Ukakahonia, de Péndulo Estudios.
La aventura gráfica que voy a mostrarte fue creada por este mismo estudio y es a la que más cariño le tengo. Prepárate para enfrentarte a los misterios de Hollywood Monsters.

Este juego cautivó a muchos amantes de las aventuras gráficas, suponiendo el reconocimiento de Péndulo como un estudio capaz de estar a la altura de los más grandes, lo que se tradujo años más tarde en el lanzamiento de la trilogía Runaway y en la segunda parte de Hollywood Monsters, conocida en el extranjero como The Next Big Thing.
Hollywood Monsters fue distribuido por la legendaria Dinamic Multimedia, en una edición que venía con un póster de regalo y la posibilidad de usar el CD del juego como uno de audio para escuchar su tema principal, Enigmas, compuesto e interpretado por La Unión. Años más tarde, sería FX Interactive la encargada de realizar un pequeño remake que hacía al juego compatible con los nuevos sistemas operativos y hardware. La única pega es que, por problemas con los derechos de autor, FX tuvo que cambiar el genial tema principal del juego por una cancioncilla genérica bastante olvidable.

La carátula del juego no deja lugar a dudas del homenaje a las pelis de terror de la Universal.

Bienvenido a la edad de oro de Hollywood, donde las películas se hacían de forma artesanal y te podías encontrar con las más grandes estrellas del cine paseando por el paseo de la fama como si tal cosa. En esta época, uno de los géneros que más éxito tiene en la taquilla es el de terror. La gente, aburrida de su vida cotidiana, aprovecha su tiempo libre para quedarse pegada a las butacas de su cine más cercano viendo como Drácula le sorbe la sangre a la protagonista femenina o el Hombre Lobo persigue incansable a los aterrorizados personajes que conforman el elenco de la película.
Tales bombazos de taquilla son premiados cada año con los Hollywood Monsters, los premios que son el equivalente en el cine de terror a los Oscars. Es un acontecimiento a nivel mundial y conseguir uno de estos galardones es una inyección de prestigio para el actor o actriz premiado. Sin embargo, aquí hay un giro de guión (Guión... Cine... Ahí, hilando fino). En el mundo de Hollywood Monsters, los monstruos de las películas son reales, nada de actores maquillados. ¡Eh, un momento! ¡Vuelve! No te asustes, que son más majos que las pesetas.
Conseguir un pase de prensa para la gala de este año es algo que ningún buen editor de periódico debería dejar pasar y así lo piensa el director de The Quill, uno de los periódicos más importantes de Los Ángeles. Es aquí donde entran a escena nuestros dos protagonistas: Sue Bergman y Ron Ashman. Ella es especialista en temas de sociedad. Él es un simple periodista deportivo. Ambos son compañeros de trabajo y los dos no pueden verse ni en pintura. Cuando el jefe de ambos pide a Sue que cubra la gala, Ron opina que es injusto: él es un gran fan del cine de terror y entiende más del tema que su “amiga”. No obstante, el editor de The Quill cree que es más lógico enviar a una periodista conocedora del mundo de la farándula que a alguien que solo sabe escribir sobre tíos que le dan con un bate a una pelota para correr por un campo polvoriento.
Así que Sue se dirige a la cena posterior a los premios, donde tiene pensado entrevistar a todos los monstruos galardonados pero, sobre todo, al que más premios se ha llevado este año: Frankie, la criatura creada a partir de trozos de cadáveres por el archiconocido científico loco Dr. Viktor Frankenstein.
A la mañana siguiente, la redacción de The Quill se despierta consternada: Sue no ha vuelto al trabajo. Es más, ninguno de los monstruos ha vuelto a ver al propio Frankie tras la fiesta. ¿Coincidencia? Ron opina que no y decide iniciar una búsqueda para encontrar a su compañera de trabajo y a la gran estrella del cine de terror. En su periplo por el mundo descubrirá una siniestra conspiración que, de ser un éxito, pondrá patas arriba al mundo del cine de terror.

Sue y Frankie a punto de meterse en un gran lío.

En la primera parte del juego, ambientada durante la fiesta tras la gala, controlarás a Sue. Después de su desaparición, controlarás a Ron y, en los últimos compases del juego, podrás elegir entre uno de los dos periodistas.
Las mecánicas de juego no son nada nuevo si tienes un montón de aventuras gráficas a tus espaldas. Haciendo click en el escenario el personaje se desplazará a ese lugar. Tienes a tu disposición una serie de acciones que debes usar con elementos del escenario tales como coger, hablar, abrir, etc. En tu inventario guardas los objetos que vas consiguiendo para resolver algunos de los enigmas que se te presentan. Puedes usarlos y combinarlos gracias a las acciones de personaje. Cuando hablas con alguno de los personajes que pueblan el universo de Hollywood Monsters, se despliega un menú donde puedes elegir que líneas conversacionales utilizarás durante la conversación.

Las mecánicas no tienen más misterio así que pasemos al análisis.
Hollywood Monsters es una aventura gráfica al uso que no tiene nada que envidiar a las creadas por Sierra o Lucas. La cantidad de puzzles y su ejecución es tal que siempre tendrás algo en lo que devanarte los sesos sin necesidad de que te estalle la cabeza. De hecho, los puzzles son muy lógicos y desafiantes a partes iguales. Resolver uno de ellos no es una tarea fácil pero tampoco es coser y cantar, además de que no te piden nada extraño e ilógico, como usar un elemento que sería imposible en la vida real. Bueno, tampoco le pidamos mucho realismo a un mundo donde los monstruos de la películas son reales.
La historia, parte importante en una aventura gráfica, está bien escrita y no presenta agujeros en la trama. No existen Deus Ex Machina que arruinen la sensación de estar al borde de la desgracia aunque no puedes morir, a diferencia de las aventuras de Sierra o Revolution. El guión presenta también ciertos giros que te mantendrán con ganas de saber más. La información se va desgranando poco a poco y no satura al jugador con interminables y sufridos diálogos. Hablando de diálogos, estos están bien estructurados y hacen gala de un gran sentido del humor.
Los personajes son pura delicia. Ninguno de ellos desentona y no te cansas de verlos en la pantalla. Puntos extra para la relación de odio entre Ron y Sue. No es que se odien a muerte, lo que haría que Ron nunca hubiera salido a buscar a su compañera. Simplemente, no se soportan aunque ninguno de los dos desea ver al otro criando malvas. Mención a parte para el retrato de cada uno de los monstruos, que se sale de lo habitual. Frankie hace gala de una inteligencia sobrehumana (más parecido a la Criatura de la novela que a la de las películas de la Universal), siendo además de actor un científico de gran reputación entre los principales círculos académicos del mundo. El Hombre Lobo es un playboy rompecorazones y amante del cine clásico de terror. Drácula representa al actor de capa caída que en su juventud era la mayor estrella de Hollywood pero que no supo adaptarse al paso del tiempo y, ahora, vive recluido en su castillo, mirando el teléfono con ansiedad por si algún director se acuerda de él, esperando una llamada que jamás llegará. La Momia se arrepiente de haber resucitado al amor de su vida, que tras paladear las riquezas que su antiguo prometido ha conseguido gracias a sus éxitos cinematográficos, se comporta como una millonaria excéntrica malcriada. ¡Y no os perdáis a Igor! No pudo superar la desaparición de su amo, circunstancia que aprovechó una secta que predica la paz y el amor para lavarle el cerebro y convertirle en uno de sus acólitos. ¡No puedes romper el amor!
También te encontrarás con la niña que juega con las flores en el río de la película Frankenstein original aunque aquí es un ser repelente e insoportable; y con unos trillizos que son la mejor parodia del Dr. Van Helsing que he visto en mi vida. Esos son algunos de los seres con los que te toparás a lo largo de la aventura.
Los gráficos están dibujados a mano con un estilo muy parecido al de las series de animación de los 60 de Hannah y Barbera, con algunos elementos hechos con CGI tales como vehículos y elementos mecánicos en movimiento. Los fondos son espectaculares y los personajes están muy bien animados aunque existen pequeños fallos que chirrían, como que Ron haga el esfuerzo de levantar una trampilla sin tan siquiera levantar los brazos.
El sonido es genial y las voces de los personajes están muy bien dobladas y no desentonan para nada con su aspecto y personalidad. La música es correcta y ambienta bastante bien los escenarios donde te encuentras.

 La sufrida vida del periodista: viajar de un lugar a otro sin acostumbrarte al jet lag, hacer frente a las iras de tus entrevistados ante una pregunta indiscreta, cazar vampiros...

En cuanto a puntos negativos, además del fallo en algunas animaciones, el juego posee pocos bugs.
Uno de los más llamativos es la posibilidad de hablar con Drácula sin que éste esté presente en el sillón de la sala de estar de su castillo. Si intentas ofrecerle algo, el juego te lanza al escritorio de una patada. No des el juego por perdido. Resulta que está escondido y hay una forma de poder hacerle salir y poder interaccionar con él sin ningún fallo pero no pienso decírtela. ¡Esto es un blog, no una guía del juego!
Otra cosa es que el remake de FX, aunque soluciona muchos problemas de compatibilidad, tiene ligeros fallos. Además de que ya no dispones del tema principal original, hay algunos glitches con la tarjeta gráfica en algunos efectos especiales, como en la luz de los relámpagos cuando te encuentras en el laboratorio de Frankenstein.

 Una entrevista de altura.

Hollywood Monsters es un clásico de las aventuras gráficas tan grande como Monkey Island.
Prepárate para conocer a la flor y nata del cine de terror mientras intentas averiguar que demonios está pasando. El futuro de la industria del cine de terror está en tus manos.

¡No dejes de jugar!

Imágenes sacadas de la página del juego en Mobygames.

sábado, 5 de agosto de 2017

Abe's Oddysee: Tú eres el postre.


En un par de ocasiones, la primera vez que tuve la suerte de jugar a algo que se iba a convertir en el futuro en un clásico de PC fue en una consola. Más tarde, descubriría por mis propios medios que existía una versión para esta última plataforma de ese juegazo al que me tiré horas jugando en casa de un amigo (la única consola que he tenido en mi vida ha sido una Master System II y el resto de juegos de plataformas de sobremesa los jugué en un emulador, ¿vale?).
Fue en casa de mi colega Vicen. Cuando le regalaron la primera Playstation, esta venía con un CD con demos de varios juegos disponibles para la consola gris de Sony. Una de ellas le llamó la atención y se compró el juego al que pertenecía. Me lo enseñó un día y quedé maravillado por lo que veía en la pantalla del televisor. En este juego, manejabas a un desgarvado alienígena de piel azulada en un entorno industrial que tenía que salvar a sus amigos esclavizados. Lo curioso de todo es que este personajillo podía comunicarse con sus colegas por medio de diferentes palabras, lo que le permitía guiarlos hacia la libertad.
Más tarde, descubrí que este juego existía para PC al regalarlo la extinta Computer Hoy Juegos en uno de sus números. No tardé en dos segundos en comprar un ejemplar para poderlo tener entre mis manos y jugar todas las veces que quisiera en casa. Ese juego era, como seguro que has adivinado, Abe's Oddysee.

El juego fue publicado en 1997.
Desarrollado por Oddworld Inhabitants y distribuido por GT Interactive, Abe's Oddysee se convirtió en el primer juego de una saga, con dos spin-offs y varios juegos que quedaron en el limbo, que cautivaría a todos lo jugadores del mundo (sí, a ti también aunque no te guste). Los chicos de OI se inspiraron en otros clásicos del plataforma narrativo (creo que esto me lo acabo de inventar) como Another World o Flashback para crear un juego que, al igual que estos dos, mezclaba plataformas con resolución de puzzles y una trama digna de una película.

Nuestro sufrido protagonista. Fuente

Bienvenido a Oddworld.
Este extraño planeta (su nombre ya lo indica, ¿no?) es hogar de dos razas alienígenas bastante diferentes entre sí: los mudokon y los glukkon. Los primeros son unos seres delgaduchos que viven en un estado primitivo, conservando lo poco que queda de la antigua magia que poblaba las llanuras de Oddworld hace siglos. Los segundos son una panda de capitalistas sin escrúpulos que viven rodeados de la más avanzada tecnología (con un toque dieselpunk, todo hay que decirlo).
Los glukkon son, a su vez, dueños de la más importante industria alimentaria que existe en el planeta: las Granjas Hostiles. Aquí se elaboran los más finos y delicados productos que van a parar a la boca del habitante de Oddworld medio. Los glukon usan como mano de obra a los mudokon a cambio del pago en especie en forma de los alimentos procesados que fabrican. ¿He dicho mano de obra solo? Perdón, se me ha olvidado añadir la palabra “esclava”. Porque los pérfidos glukon mantienen a los mudokon aterrorizados por medio de sus ejércitos de sligs, una raza guerrera proveniente del propio Oddworld. Los mudokon soportan terribles condiciones de trabajo simplemente porque los glukon los alimentan.
Esto cambiará cuando un mudokon llamado Abe haga un descubrimiento que pondrá en peligro a sus compañeros y, en general, a toda su raza. Abe trabaja como limpiador en las Granjas Hostiles. Un día, mientras pasaba la pulidora por uno de los pasillos cercanos a la sala de reuniones de los glukkon, decide echar un vistazo al ver la puerta de la estancia entreabierta. Allí, puede contemplar como sus jefes están nerviosos y preocupados. Al parecer, debido a la sobrexplotación de los recursos que utilizan para elaborar sus productos (alias cualquier cosa que respire), la producción está cayendo en picado. Eso significa menos beneficios y un glukkon es capaz de tirarse desde lo alto de un puente antes que ver como se vacía su cuenta corriente. Pero que no se preocupen que Mullock, presidente de las Granjas Hostiles, tiene un plan: sacar al mercado un nuevo producto que no necesite de la cada vez más marchita flora y fauna de Oddworld. Abe descubre este secreto con ilusión. ¡Por fin algo nuevo que llevarse a la boca! Pero cual será su sorpresa cuando Mullock desvele lo que es: piruletas. Sí, unas simples piruletas. ¡Piruletas hechas con carne de mudokon! Horrorizado por lo que acaba de ver, Abe deja atrás sus labores cotidianas para huir de las Granjas Hostiles y salvar a sus compañeros de trabajo de formar parte del postre de alguna familia de Oddworld. Así comienza una aventura épica que convertirá a un simple limpiador en un héroe para su pueblo.

 Mullock, nuestra némesis en el juego y con buen gusto en el vestir. 
A su izquierda, un soldado slig. Fuente

El juego se divide en diferentes escenarios que, a su vez, se dividen en diferentes fases. Al igual que en Flashback, nuestro personaje se desplaza por estas fases como si fueran escenarios teatrales. En estos lugares se nos presentan trampas que deberemos esquivar y puzzles que resolveremos aplicando alguna de las habilidades de Abe. También aparecen enemigos, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, Abe no puede hacer frente a ellos. Deberemos ser rápidos y esquivarlos o pasar desapercibidos ante su presencia. Abe no es un héroe de acción y solamente podrá atacar cuando se arme con una granada slig. También puede usar piedras para activar ciertos mecanismos y trocitos de carne para despistar a los animales salvajes que pueblan Oddworld. Sí que puede usar las trampas del escenario para darle a sus rivales una horrible sorpresa. Además, nuestro mudokon, como es normal en esta clase de juegos, no tiene un contador de vida. Un buen golpe o una explosión acaba con nosotros de inmediato, por lo que hay que actuar con extremado cuidado.
Abe puede correr, andar, saltar, rodar, andar con sigilo, lanzar objetos, hablar y cantar. Estas dos últimas habilidades son muy importantes en el desarrollo del juego. Hablar nos permite comunicarnos con los mudokon presentes en algunos de los escenarios. Gracias a esta habilidad, podremos dirigirlos hacia la libertad o resolver puzzles. Cantar es una muestra del uso de magia por parte de los mudokon. Con el canto podremos lanzar un hechizo que nos permite manejar algunos artefactos místicos del escenario, tales como los portales de pájaros a los que se dirigen los mudokon liberados o que nos teletransportan a otra parte del escenario; o, lo mejor de todo, poseer a los sligs para poder controlarlos. En ese momento podremos utilizar a nuestra víctima para ver qué se nos presenta más adelante, comandar a otros sligs o usar sus ametralladoras para atacar a otros enemigos.
El juego presenta dos finales alternativos, uno bueno y otro malo, que dependen del número de mudokon que has salvado a lo largo de tu aventura para acabar con la tiranía alimentaria de los glukon.

 Abe emulando a Sam Fisher para rescatar a uno de sus compañeros. Fuente

Vamos al análisis.
¿Qué puntos positivos podemos encontrar en Abe's Oddysee?
Veamos, todos los elementos que vas a encontrar en los escenarios están colocados de manera lógica. Nada desentona en el lugar donde se encuentra y es fácil imaginárselo ahí en la realidad, lo que es algo que todo buen plataformas debe hacer.
Su rejugabilidad es muy buena ya que esconde bastantes secretos que te harán rejugarlo una y otra vez para ver qué te has perdido. Además, el disponer de dos tipos de finales diferentes hace que tengas más ganas de volver a ponerte en la piel de nuestro alienígena azul favorito para cambiar su destino.
Los puzzles van aumentando de dificultad a medida que vas avanzando en el juego, con lo que nunca te aburrirás al encontrarte un puzzle facilongo que podría fastidiarte los últimos compases del juego ni tampoco lo darás todo por perdido en los primeros niveles debido a la extremada dificultad de los que se te presentan al principio. Esos sí, hay situaciones que son bastante difíciles y que harán que te calientes la cabeza más de lo normal.
Pero, sin duda, lo que más atrae de Abe's Oddysee, a parte de su jugabilidad, es el mundo donde se desarrolla. OI creó un universo único con su propias fauna, flora, pueblos, culturas, mitos y leyendas. A lo largo del juego, te encontrarás con mostradores de información donde podrás ir conociendo la historia de este curioso y, a la vez, siniestro mundo. Y es que no nos llevemos a engaño: en algunas partes, Abe's Oddysee tiene cierto toque de terror. ¿Acaso no se te ponen los pelos de punta al pensar que unos industriales pasados de rosca se les pase por la cabeza convertir a sus trabajadores en uno de sus productos?
Los escenarios que visitas son variados y están diseñados con puntilloso detallismo. Desde la industrialidad de los dominios glukkon, con detalles tan chocantes como los rótulos luminosos con consejos tales como “No juegues con la comida a menos que sea tu mascota”, a los primitivos templos de los mudokon, con sus glifos estilizados en los que se representa la historia de este pueblo. Por no contar la estrambótica fauna y flora de Oddworld, con los scrabs y paramitas en lo alto de la cadena alimentaria.
Los sonidos son espectaculares, sobre todo las voces de los personajes, muy bien dobladas. Todavía hoy sigo graznando “Hola” y “Sígueme” imitando la voz de Abe.
La música es una delicia. Cambia en función de lo que está pasando en la escena y va desde unos temas de corte místico hasta otros de temática más industrial, pasando por algunos bastante siniestros y oscuros.

El relajante tema que suena durante tu visita a las Líneas Monsaic. Fuente

Ahora, los puntos negativos.
El juego tiene una tendencia al ensayo y error que puede llegar a ser frustrante para muchos. El tener que repetir una y otra la misma fase porque no has saltado donde deberías o porque otra vez han venido esos malditos murciélagos que te matan con solo morderte una vez a visitarte puede hacer que acabes lanzando el teclado por la ventana. Algunas de las situaciones pueden ser demasiado estresantes, como tener que correr a toda velocidad mientras esquivas trampas y eres perseguido por un enemigo. Además, si vas corriendo y te estampas contra una pared, Abe cae de espaldas y tarda en levantarse unos segundillos. Este detalle que parece una estupidez puede ser la delgada línea que te separa de la vida y la muerte porque puede no darte tiempo para saltar o esquivar a un enemigo cuando vuelves a ponerte en pie.
Las explosiones en el juego son un poco exageradas. Me refiero a que si te cubres en una plataforma inferior a la que estás, incluso si la superior está hecha de metal, la honda expansiva te alcanza, matándote en el acto. Lo mismo ocurre con las granadas. Si fallas el tiro, lo más probable es que acabes volando en mil pedazos.
Para conseguir el final bueno, debes salvar a todos los mudokon. El problema llega cuando, por accidente, uno de ellos muere cuando vas a liberarlo. No te queda otra que cargar de nuevo la partida para salvar a esa alma descarriada y que Abe pueda tener un final feliz.

Más explosiones que en una película de Michael Bay. Fuente

Abe's Oddysee se ha convertido en todo un clásico al que todo el mundo debería jugar al menos una vez en su vida. Si te interesa, puedes encontrarlo en Steam junto a su secuela y spin-offs.
El destino de los mudokon está en tus manos. ¿Los llevarás hacia la libertad o dejarás que hagan pinchitos para barbacoa con ellos?

¡No dejes de jugar!