viernes, 20 de octubre de 2017

M.A.X. Mechanized Assault and Exploration: All your planet belongs to us.


Tras el parón del puente, toca volver a escribir.
Y no hay nada mejor que comenzar este post con una historia de antaño.

Era un domingo cualquiera cuando mi padre volvió del quiosco.
Siempre venía con alguna novedad y, aquella vez, era una revista de videojuegos. De esta manera cayó en mis manos mi primer ejemplar de la que para mí ha sido la mejor revista de videojuegos que ha pisado estas tierras: Gamelive PC (lo siento, Micromanía, pero el paso de los años y los maletines llenos de pasta han acabado contigo). Si recuerdas esta publicación, recordarás también que cada mes regalaban un juego en formato físico. El de este número era un curioso juego de estrategia por turnos ambientado en un futuro distante donde la humanidad comenzaba a colonizar otros planetas. El concepto era una pasada y cuando lo probé, me quedé enganchado a él. Este juego era M.A.X. Mechanized Assault and Exploration.
Pasé muchas horas dándole al ratón hasta que en un día de limpieza, rompí el CD sin querer. Me quedé sin mi juego favorito hasta que un par de años después, Interplay decidió publicarlo de nuevo en Steam. No tardé un par de días en comprarlo y, tal y como lo recordaba, seguía siendo una obra maestra.

MAX (lo voy a escribir así a partir de ahora para ahorrar tiempo) salió al mercado en 1996 de la mano de Interplay. Los futuros creadores de Fallout se sacaron de la manga un juego que tenía conceptos propios de la estrategia en tiempo real pero que se jugaba por turnos, algo bastante innovador para la época. Imagínate que alguien coge una coctelera y mete en ella los Dune de Westwood y UFO Enemy Unknown. El cóctel resultante sería MAX.

Cualquier parecido con Arrakis es pura coincidencia.

MAX transcurre en un futuro muy, muy lejano.
La humanidad forma parte de Concord, algo así como las Naciones Unidas pero integrada por diferentes naciones alienígenas. Sin embargo, y a diferencia de muchos juegos de la época donde la humanidad era la ama del cotarro, los humanos somos una raza más. De hecho, somos vistos por los aliens como unos seres bárbaros e incivilizados, puesto que seguimos teniendo la mala costumbre de matarnos entre nosotros. En concreto, la humanidad está dividida en ocho facciones que representan diferentes clanes, sectas religiosas, gobiernos y megacorporaciones. Al igual que nuestros socios de Concord queremos conquistar el espacio. En un giro sin precedentes, los alienígenas nos dan el visto bueno y nos proporcionan la tecnología de las Grandes Naves, indispensables para colonizar otros planetas. Sin embargo, el cuerpo humano todavía no está habituado a los efectos del viaje por el hiperespacio. Para agilizar el proceso de colonizar un planeta hasta que una nave normal y corriente llegue con un montón de colonos criogenizados, las Grandes Naves llevan incorporado el sistema MAX Commander. Por medio de una operación quirúrgica, el cerebro del comandante de la misión es implantado en un cuerpo robótico capaz de resistir los envites del viaje a la velocidad de la luz. Este cuerpo está conectado a un gigantesco ordenador que permite al comandante supervisar las tareas de construcción de la colonia y dirigir al ejército de drones que conforman las fuerzas armadas de cada facción hasta la llegada de auténticos colonos humanos. Porque esa es otra: Concord ha dejado claro que la única forma de colonizar los nuevos planetas es acabando por la fuerza con el resto de facciones humanas que tienen el mismo objetivo entre ceja y ceja. No hay tiempo para la diplomacia. Son ellos o tú.

Sí, ese eres tú después de la operación. Dile adiós a tu vida social.
 
Al comenzar a jugar, disponemos de varias opciones.
Tenemos las misiones de tutorial, que cubren cada uno de los aspectos del juego. Es una alegría que el tutorial sea tan completo, puesto que no se deja nada fuera ni tendrás que descubrir tú mismo algunos conceptos del juego en mitad de la campaña. Eso sí, no te llevará de la mano. Sigue la misión que se te encomienda e irán apareciendo mensajes de ayuda conforme vayas accediendo a cada uno de los elementos del juego presentes.
Luego tenemos la campaña, que son varias misiones seguidas que giran en torno a que cuatro de las facciones humanas han pactado una alianza secreta entre ellas al descubrir que tras la propuesta de Concord para que la humanidad llegue hasta la estrellas se esconde un plan para que acabemos exterminándonos los unos a los otros y ahorrarle un dolor de cabeza a nuestros señores alienígenas.
Podemos elegir también jugar a una de las 24 misiones sueltas o a uno de los 12 escenarios que vienen con el juego.
Pero el auténtico meollo de la cuestión está en el modo libre, donde puedes elegir entre cuatro biomas planetarios diferentes (pradera, nieve, desierto y tierras baldías) divididos cada uno en ocho planetas distintos con sus propias condiciones de juego. Además, podemos elegir el tipo de victoria que queremos, la dificultad, el número de recursos iniciales, etc. También puedes elegir si quieres jugar por el sistema clásico de turnos (te toca a ti, me toca a mí) o por turnos simultáneos, que permite que todos los jugadores puedan mover al mismo tiempo pero se sigue necesitando pasar turno para que las unidades recarguen sus puntos de movimiento y avancen procesos tales como la construcción de estructuras o la investigación de nuevas tecnologías.
Y si quieres luchar contra tus colegas, tienes el modo multijugador, tanto por internet como por LAN y con un modo hotseat para jugar en un mismo ordenador.

Estas misiones son solo un aperitivo de lo que viene después.

Los jugadores pueden elegir entre ocho facciones humanas diferentes.
Cada una de ellas tiene sus propias ventajas, por lo que se diferencian a la hora de jugar dado que todas poseen las mismas unidades. Por ejemplo, Von Griffin posee bonificadores en los sensores de sus unidades, lo que les permite ver al enemigo a mayor distancia, mientras que Axis Inc. puede construir factorías en la mitad de tiempo. Esto hace que cada facción se juegue de manera diferente y que cada jugador encuentre la que mejor se adapte a su forma de jugar.
Una partida normal de MAX comienza con la fase de despliegue.
Primero, eliges qué unidades quieres llevarte al planeta teniendo como tope un presupuesto de puntos. Seguidamente, deberás indicar en que localización del mundo por conquistar deseas desplegar tus fuerzas.
A continuación, verás en una perspectiva cenital que recuerda a una vista por satélite, lo que añade inmersión al juego puesto que eres un puñetero robot con un cerebro humano que supervisa la colonización del planeta desde la comodidad de una nave orbitando alrededor del planeta; el centro neurálgico de tu colonia, compuesto por un puesto minero, un almacén de material y las unidades que te hayas llevado al planeta.
A no ser que sea una misión específica, una partida termina al alcanzar un número de puntos, una cantidad de puntos de victoria o destruyendo por completo la base enemiga.
Para que tu objetivo de conquista planetaria sea un éxito, debes usar tus minas para recoger los tres tipos de recursos del juego: metal, combustible y oro. El primero de ellos sirve para construir estructuras y unidades, además de para llevar a cabo labores tales como la reparación de vehículos. El fuel es indispensable para que tus centrales de energía funcionen. Al igual que en Command and Conquer, la energía eléctrica es muy importante. Sin ella, tus edificios no podrán funcionar. Recuérdalo a la hora de atacar una base enemiga. Acabar con la infraestructura energética del enemigo lo dejará a dos velas (literalmente). El tercero y último se refina para poder comprar nuevas mejoras para tus unidades pero para ello necesitas una refinería.
¿Cómo saber dónde están los recursos? Para ello debes usar un robot prospector, que irá revelándote los recursos que hay en el planeta a medida que vaya explorando. Cuando veas varias casillas juntas con los recursos necesarios, manda a un constructor a levantar una mina. A la hora de construir edificios o unidades puedes elegir entre tres opciones de velocidad en función de la cantidad de metal que te quieras gastar. A más cantidad, menos turnos tardará la construcción.
Una de las estructuras más importantes de tu base son los conectores. Sí, parece mentira pero esos tubos pueden suponer un paso hacia la victoria total. Los conectores permiten mover recursos por las bases. Además, puedes suministrar a tus vehículos de construcción y apoyo con solo colocarlos debajo de uno de estos tubos.
Esta es otra de las facetas únicas de MAX: la importancia de los suministros. Tus unidades de construcción y reparación llevan encima una cantidad de material limitada. En cuanto a las unidades militares, estas no poseen la magia de la munición infinita. Debes utilizar líneas de suministro por medio de conectores, almacenes y camiones de transporte para mantener a tus tropas abastecidas. Falla en ello y vete despidiendo de este planeta. Lo mismo ocurre con el enemigo. Corta su red de abastecimiento y habrás ganado la partida.

Recuerda: sin recursos, no hay gloria.
 
La cantidad de unidades que puedes construir es grande. Recuerda que lucharás por la conquista de un planeta por tierra, mar y aire. Tienes de todo, desde tanques, vehículos de transporte, bombarderos, submarinos hasta unidades de infantería y comandos especiales de infiltradores, estos últimos con la capacidad de sabotear y capturar unidades y emplazamientos enemigos, por lo que si te gustan las tácticas de sigilo, MAX te da vía libre para desatar el caos tras las líneas enemigas sin que el comandante enemigo sepa lo que está pasando.
En algunos planetas encontrarás restos de maquinaria alienígena. Las unidades alienígenas son como las tuyas pero cargadas con esteroides. Además, tienen la habilidad de autorepararse. Para poder capturarlas, tienes que usar un infiltrador. La IA lo sabe, pues tiene la mala costumbre de destruirlas para que no puedas capturarlas. No sé si es una táctica propia del ordenador o que este no da más de sí.
La investigación también es importante en MAX. Esta te permite acceder a nuevas mejoras para tus unidades y hacerlas más poderosas frente a las de los otros clanes. Existen dos formas de acceder a dichos avances científicos. La primera es la investigación tal cual. Cuando hayas construido varios hábitats donde puedan vivir tus primeros colonos humanos, puedes erigir unos laboratorios de investigación. Dependiendo de la cantidad de personal del que dispongas y del número de laboratorios construidos, la investigación tardará una cantidad de turnos.
La segunda forma es la más rápida pero para ello necesitarás oro. El oro puede ser transportado a las refinerías, donde puedes comprar en el acto cualquier tipo de mejora.
Las nuevas unidades que construyas aparecerán renovadas. Puedes mejorar a las ya existentes en edificios específicos tales como depósitos, hangares o puertos.
Te habrás fijado en que te he hablado antes de los hábitats. Construir uno supone un paso adelante, pues significa que tu colonia ya es apta para que los humanos puedan vivir en ella. No solo sirven para tener personal de laboratorio sino también para poder entrenar a las únicas unidades humanas del juego: infantería e infiltradores. Además, permiten el funcionamiento de uno de los edificios más importantes del juego: las eco-esferas. Estos inmensos jardines son la culminación de tu esfuerzo colonizador. Significan que el planeta ya es apto para la vida humana. Cada eco-esfera que construyas te dará un punto de victoria por cada turno que pase. Eso las convierten en el blanco prioritario de los ataques enemigos, por lo que tendrás que defenderlas. Perderlas resultará un duro golpe, pues te quedarás sin todos los puntos que hayas conseguido con ellas.

En esta base hay más apagones que en mi pueblo.

En cuanto a los gráficos, es curioso. Al ser un juego de 1996, podrías pensar que estos habrán perdido toda su gracia. Sin embargo, han envejecido bastante bien. Tanto las unidades como los edificios tienen bastante detalle, detalle que va a más si haces zoom completo. No obstante algo que siempre le he echado en cara a MAX es que los planetas son demasiado planos. Algunos de ellos poseen rugosidades en el terreno pero nada más. No hay elementos escénicos que te permitan jugar con el entorno, tales como acantilados, árboles o montañas.
La mezcla entre RTS y TBS es sensacional. Es como jugar a Dune por turnos. MAX posee esa cualidad especial de los juegos por turnos que es la de dejar al jugador que reflexione bien su próxima jugada antes de mover ficha. Es algo que me encanta de esta clase de juegos, a pesar de que algunas veces lo único que harás en un turno será darle al botón de pasar esperando a que se termine de construir una unidad o edificio. No obstante, conserva la rabia furiosa típica de los RTS, ese sentimiento de luchar contra el reloj y de ser más rápido que el adversario y anteponerse a sus movimientos. Si nunca te han hecho gracia los TBS, MAX es una oportunidad que no deberías dejar escapar.
En cuanto al sonido, el de MAX es sobresaliente. No solo por las explosiones. Selecciona a una unidad de construcción en plena faena. Podrás escuchar el sonido de las herramientas en pleno trabajo. Ahora, haz lo mismo con un submarino. Podrás escuchar el agua desplazándose alrededor de él. Por si la inmersión en el mundo del juego no era suficiente con la vista de satélite, el sonido aumenta aún más esa sensación de estar presente en el universo de MAX.
Hablemos de la banda sonora pues tengo que contarte algo bastante extraño. Los temas que escucharás de fondo son algo especiales. No son los clásicos que escucharías en cualquier otro wargame, de corte militar o épico. La BSO de MAX tiene un toque bastante siniestro e inquietante. No sé por qué, la verdad. Los chicos de Interplay decidieron que era buena idea que tuviera subidas de bajos brutales y golpes de viento que te harán levantarte del susto, recurso que usarán también en Fallout.

A esto me refería yo con sobresalto.

Créeme si te digo que MAX es un gran juego.
Aunque tenga cosas mejorables es una experiencia única en el abigarrado mundo de los wargames de ciencia ficción. Si lo pruebas, no podrás dejarlo. Palabra de historiador.

¡No dejes de jugar!

Imágenes sacadas de Mobygames.com

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