¡Pizza! ¡El alimento de los dioses!
Sigo sin entender porqué hay gente a
la que no le gusta la pizza. Piénsalo, es simplemente una porción
de pan con tomate y queso encima. Prácticamente, es un bocadillo que
te podrían preparar en el bar de debajo de tu casa. Sí, ese donde
todo aquel que se sienta en la barra se cree que sabe de todo.
Cuentan que la pizza nació en Nápoles
y que viajó a los EEUU gracias a los inmigrantes italianos que se
trasladaron a este país en el siglo XIX. Fue aquí donde la pizza
salió de sus fronteras italianas y conquistó al mundo. Desde aquel
momento, se crearon miles de recetas con ingredientes diferentes
(parece ser que la pizza tal y como la conocemos era la Margarita, en
honor a la reina del mismo nombre y cuya receta original contiene
tomate, mozzarella, albahaca y aceitunas). El problema de que su
popularidad surgiera en EEUU es que se llegó a tomar la pizza por
comida basura, algo bastante lejos de la realidad. Hombre, existen
pizzas y pizzas pero si las sirven en restaurantes de gran calidad
será por algo, ¿no? ¿A quién no le gusta pasarse por el
restaurante italiano más famoso de su ciudad para degustar uno de
estos bocados celestiales?
Por cierto, ¿te imaginas llevar tu
propia pizzería?
Sí, es un trabajo bastante agotador.
Si no te sientes con ganas de abrir esta clase de negocios, no
desesperes. Puedes probar a hacerlo de manera virtual. ¿Cómo? Con
Pizza Tycoon, el juego que analizaré hoy.
Pizza Tycoon fue creado por
Software 2000. En realidad, su versión original se llamaba Pizza
Connection. Sin embargo, a los chavales de Microprose les gustó
la idea tras jugarlo y, al igual que el alimento del que trata el
juego, lo importaron hacia EEUU y, a su vez, al mundo (el juego
original solo era conocido en su Alemania natal).
En Pizza Tycoon somos el
director de una cadena de pizzerías con sede en diferentes países.
Tu misión es, comenzando con un humilde restaurante, acaparar el
mercado de las pizzerías y nadar en dinero. También puedes
convertirte en el émulo de Vito Corleone pero eso lo veremos más
adelante.
Existen tres formas de jugar a Pizza
Tycoon.
La primera es el modo misión. Para
ganar, debemos emular el currículum vitae que se nos proporciona al
comienzo de la partida, realizando todo lo que nos dice en la misma
fecha. Este modo de juego tiene un gran problema que, en mi opinión,
lo hace injugable: debes realizar cada una de las acciones
exactamente en la fecha propuesta. Desviarse un poco es sinónimo de
derrota. Y es que alguno de los encargos que se nos piden son
imposibles de realizar en esa misma fecha. Por ejemplo, abrir tu
primer restaurante lleva bastante tiempo debido a que tienes que
comprar el equipamiento, realizar tus primeras recetas, comprar los
ingredientes necesarios, etc. Juega a este modo por curiosidad pero
no te pongas no lances el ratón por la ventana si nunca ganas.
La segunda forma es el modo libre. Este
es el más divertido ya que no tenemos que estar pendientes de si
realizamos o no una misión en el tiempo establecido. Construye y
gestiona tus restaurantes a tu manera. Aunque puedas construir todo
lo que quieras, la partida terminará si consigues controlar la mitad
del mercado de las pizzerías en cada una de las ciudades del mundo
del juego. No obstante, existe un bug que hace imposible que puedas
construir más de 200 restaurantes. Es un número bastante
considerable (y una pesadilla de la microgestión si no contratas
gerentes) así que más que un bug podría considerarse como una
medida de seguridad llevada a cabo por los programadores para que tu
ordenador no se vaya al carajo a la hora de gestionar tantos
cálculos. Recuerda que cuando salió el juego, la memoria RAM se
medía en escasos megas.
La tercera forma es el modo rápido. Si
no tienes tiempo o ganas de comenzar desde cero, puedes elegir entre
comenzar con un pequeño restaurante o uno grande. En tu menú ya
estarán disponibles un par de recetas para que solo tengas que
gestionar tu negocio.
Cuando hallamos elegido cómo jugar,
debemos elegir a nuestro personaje. Existe la friolera de 100
personajes diferentes, cada uno de ellos con sus pros y sus contras.
Cuando eliges a uno, el resto formará parte del juego como tu
competencia o como empleados en tus restaurantes. Cada personaje es
único y eso se agradece. No es lo mismo jugar con un magnate de los
negocios que con un tío que ve en la construcción de una pizzería
la única forma de salir de la bancarrota.
Pizzeros: el Juego de Rol.
El juego comienza con un mapa del mundo
donde debes elegir en qué ciudad comenzará tu imperio pizzero. Esto
no significa que no puedas abrir restaurantes en otras ciudades. De
hecho, una de las formas de vencer es controlando la mitad del
mercado de cada una de las ciudades. Lo que ocurre es que viajar a la
primera ciudad te sale gratis mientras que si te desplazas en mitad
del juego deberás pagar el billete de avión.
El tiempo en el mundo de juego pasa en
intervalos de 10 minutos equivalentes a unos segundos en el nuestro.
Transcurre en tiempo real pero cada día es una fase como si fuera un
juego de estrategia por turnos. De hecho, si no tienes nada mejor que
hacer, puedes pulsar sobre el botón de pasar turno para que las
cosas vayan más rápido. Cuando realizas una acción, el tiempo pasa
más rápido. No hay una cantidad de horas fijas para terminar tu
trabajo, pues ello depende del nivel de energía de tu personaje. Un
personaje con la energía al máximo puede trabajar hasta las 18:00.
Esta forma de representar el tiempo hace que el juego disponga de un
modo hotseat en el que varios jugadores pueden jugar en un mismo
ordenador como si de un Civilization se tratase.
Ante ti verás la ciudad que has
elegido. Esta está dividida en distritos. Cada distrito tiene unas
características que debes de tener en cuenta a la hora de abrir tu
negocio. Es con esta complejidad donde Pizza Tycoon demuestra
su fuerza ante otros juegos del mismo tipo de su época. Abrir una
pizzería a lo loco es el primer paso hacia la ruina. Debes pensar
bien cada paso que vas a dar y para ello, cuentas con diversas
herramientas de información a tu disposición. La población de la
ciudad está dividida en diferentes grupos sociales, cada uno de
ellos con sus propios gustos, no solo a la hora de comer pizza sino
también en la forma como decoras tu restaurante. Si abres una
pizzería en una zona industrial, sería una mala idea abrir un
restaurante gourmet donde un maitre estirado le pregunta a los
trabajadores de la siderurgia de al lado si han reservado mesa para
esa noche. Además, los gustos de los consumidores van cambiando de
temporada en temporada, por lo que un ingrediente estrella puede
terminar siendo aborrecido a los pocos meses. Existen varios eventos
que influyen en la popularidad de cada uno de los ingredientes, tales
como estudios científicos, estado de las cosechas, etc. Tienes que
tener en cuenta todos estos factores para que tu negocio sea un
éxito.
Los cinco grupos sociales con los que te vas a encontrar.
De izquierda a derecha son: niños, jóvenes, obreros, yuppies, gente de negocios y ancianos.
Cuando alquilas o compras un local
(para ello debes llamar a la agencia inmobiliaria) puedes decorarlo
a tu gusto con diferentes tipos de muebles, plantas, máquinas
recreativas, etc. Uno de los elementos más importantes son los
hornos, pues existen diferentes tipos dependiendo de su calidad y
rapidez a la hora de preparar las pizzas. También tienes que saber
qué clase de decoración le gustaría a la gente que pulula por la
zona. Por ejemplo, si existe un gran porcentaje de adolescentes que
visitan tu restaurante, sería una buena idea colocar unas cuantas
máquinas recreativas para que se diviertan.
Necesitarás empleados para que tus
restaurantes funcionen. En el juego existen tres tipos: cocineros,
camareros y gerentes. Cuando eliges a un candidato para el puesto,
debes tener en cuenta varias de sus habilidades. Para un cocinero,
por ejemplo, debes contratar a alguien con bastante experiencia en la
habilidad “cocinar”. Existen otras habilidades bastante curiosas
como la “confianza”. Esto significa cómo de responsable es ese
empleado ya que, entre otras cosas, puede llegar tarde al trabajo.
Puedes mejorar algunas de las características de tus empleados a
través de cursillos. Cuestan pasta y mientras está en clase tu
empleado no podrá trabajar pero merecen pena. Otro detalle curioso
es que tus trabajadores pueden ponerse enfermos, por lo que debemos
estar pendientes de si necesitamos un sustituto o no. En cuanto a los
gerentes, hacen que tus restaurantes sean dirigidos por la IA, lo que
te quita microgestión si tienes varios en varias ciudades. Un pero
sería que la IA comete algunos errores en ocasiones, así que no
estaría de más vigilarlos de vez en cuando.
Algo me dice que este restaurante es todo un éxito.
Y llegamos al momento que todos
estábamos esperando: las pizzas.
Pizza Tycoon viene con un
sofisticado editor de pizzas con el que puedes dar vida a cualquier
idea que se te pase por la cabeza. Esto es lo que hace a Pizza
Tycoon diferente al resto de juegos de gestión con los que
comparte estantería: la capacidad de ofrecer un producto a tus
clientes tal y como tú lo has concebido en los polvorientos rincones
de tu cabeza. A la hora de crear tus pizzas, debes tener en cuenta
los gustos de tus clientes. Existen una serie de sabores: grasiento,
dulce, salado y picante. Cada grupo social tiene debilidad
por uno de estos sabores, así que puedes crear pizzas temáticas
dirigidas a uno de estos estamentos. Puedes trocear, rotar y colocar
los ingredientes como tú quieras y cómo los colocas influye en la
popularidad de tu creación. No es lo mismo una pizza donde todos los
ingredientes siguen las reglas de la simetría que otra donde los
ingredientes han sido lanzados al tuntún. La libertad de creación
es asombrosa. Cuando ya tengas hecha tu pizza, se te dará una
puntuación, la posibilidad de bautizarla y cuánto quieres cobrar
por ella. Un detalle: el juego venía con un recetario. No es una
mera curiosidad, es más bien un sistema antipiratería. Si quería
que el juego funcionase a pleno rendimiento, debías crear
obligatoriamente tres de las pizzas del recetario. Si no lo hacías,
no podías ganar la partida. Estas pizzas son clásicos como la
Margarita, la Cuatro Estaciones o la Andrea Doria.
Cuando ya tengas un menú acorde y todo
preparado, abre tu restaurante. Eso sí, debes comprar los
ingredientes necesarios para tus pizzas a través de los diferentes
proveedores que existen en el mundo de juego. Cada uno de ellos te
ofrecerá alimentos de una determinada calidad, que influirá en tu
popularidad. Puedes realizar pedidos sueltos o llegar a un acuerdo
con los proveedores para que te traigan lo que necesites durante un
período de tiempo. Con el paso del tiempo, los alimentos que
almacenes irán perdiendo calidad, por lo que debes llevar un control
sobre tu stock. Los alimentos podridos restan calidad a tus pizzas y
no le hacen mucha gracia a los inspectores de sanidad. Si tienes
dinero suficiente, puedes comprar o alquilar un almacén donde puedes
guardar tus alimentos en cámaras refrigeradas, además de poder
exportarlos e importarlos a tus otros restaurantes alrededor del
mundo.
¡Que tiemble Ferrán Adriá!
Tras este éxito (o no), puedes abrir
más restaurantes para expandir tu negocio, crear campañas de
publicidad para darte a conocer al mundo o trastear con el mercado de
valores. También puedes pedir préstamos a un banco o firmar un
seguro para cubrirte las espaldas en caso de accidente.
Porque los accidentes en este juego
pasan a menudo. Y es que Pizza Tycoon tiene la opción de
contactar con cierto grupo de personas bastante interesante: la
mafia. Para poder acceder a algunas de las opciones que el mundo del
crimen organizado tiene disponibles para ti, debes ganarte su
confianza haciendo misiones tales como pasar contrabando, destruir
otros restaurantes, blanquear dinero, etc. También puedes recurrir
al sabotaje, desplegando en los restaurantes enemigos cosas como
ratas, bombas fétidas o laxantes, lo que hará caer en picado la
reputación de tus competidores. Si esto no es suficiente, puedes ir
más allá. Ve a un traficante de armas y pídete un “helado”.
Sí, sí, un “helado”. Hay de diferentes sabores, cada uno de
ellos haciendo referencia a un tipo de arma. Cuando tengas en tu
poder uno de estos ricos postres lácteos rellenos de plomo, puedes
infiltrate por la noche en los locales de tus enemigos y, como si de
un juego de acción en perspectiva cenital se tratase, manejar a tu
personaje para sembrar el caos y la destrucción. Eso sí, lleva
cuidado porque te pueden pillar con las manos en la masa. Puedes
guardar el armamento que te sobre en un compartimento secreto si
dispones de un almacén. Incluso puedes jugar a ser traficante de
armas, ya que puedes viajar por el mundo vendiendo y comprando
armamento.
También puedes sobornar a las
autoridades para que hagan la vista gorda en la siguiente inspección
o dejarte en paz con tus asuntos con la familia. Es curioso porque
Pizza Tycoon no presenta el lado oscuro del juego como una opción a
parte. Tarde o temprano deberás recurrir a los bajos fondos, ya sea
para parar el avance de tus competidores o para pedirle un préstamo
a la mafia (esto último piénsatelo bien antes de hacerlo. A las
mafias no les gusta que les devuelvas el préstamo tarde).
Es hora de "redecorar" el restaurante de la competencia.
Ya hemos visto que Pizza Tycoon
tiene jugabilidad y complejidad para parar un tren.
En el apartado gráfico no destaca
mucho. En 1994 existían juegos con los mismos o incluso mejores
gráficos. No son desagradables porque el toque caricaturesco de
estos va a la par con el humor gamberro del que hace gala el juego.
Sí que, por ejemplo, podemos ver cosas raras como clientes que
desaparecen como por arte de magia de nuestros restaurantes o que se
mueven por encima del mobiliario.
En cuanto al apartado sonoro, los
únicos temas musicales que escucharás serán los de las máquinas
de discos que instales en tus restaurantes. No son nada del otro
mundo pero lo curioso es que cada uno de ellos influye en tus
clientes. Si abres un local para gente joven, a ninguno de tus
clientes les gustará que les pongas música clásica de fondo. Lo
mismo que si en un restaurante gourmet pones como hilo musical heavy
metal. Los sonidos son también escasos aunque correctos. Por
ejemplo, en el mapa de la ciudad, podrás escuchar el tráfico como
si estuvieras ahí de verdad.
Pizza Tycoon es un buen juego
para los amantes de la gestión. Claro que existen mejores
alternativas pero te equivocarías si no le echaras un tiento a esta
pequeña joya. Pon las manos en harina y comienza a levantar tu
imperio gastronómico. Si es que la mafia te deja, claro.
¡No dejes de jugar!
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